Furgoneta en reparto

No suele suceder muchas veces en la vida, pero de vez en cuando a un coleccionista le llega la obligación de mudarse de casa ... lo que le efecta no sólo a él en particular, sino a toda su colección. Tal hecho obliga a organizar y empaquetar libros, discos, revistas, vídeos, etc. (lo cual tiene el efecto positivo de que a veces se encuentran entre los recovecos objetos que se daban por perdidos y el negativo de que se puede preguntar uno que qué estaría pensando cuando compró tal o cual libro o disco) y a montar y desmontar estanterías y a preparar un plan logístico digno del desembarco de Normandía.

Los libros por lo general suelen no soportar mal todo este trajín pero no puede decirse lo mismo de las colecciones de los sufridos aficionados al modelismo que han de vaciar vitrinas y recubrir cuidadosamente sus figuras con espuma de embalaje y rezar para que no se salgan de los cartones de huevos en los que las ubican ni se produzcan rozaduras que no cubra o siquiera disimule un repaso con el pincel. (Cada vez que alguien habla de emprender una mudanza es costumbre en el fandom que los demás rememoren el drama y el dolor que se abatió sobre el pobre Vicente Argente, protésico dental coleccionista de botijos que le pidió a un primo la furgoneta que usaba para el reparto de pescado para llevar sus ejemplares más preciados al garage del chalet familiar y que, una vez en la autopista A-92, a la cuarta irregularidad en el terreno vio que cubrían en forma de polvo fino medio kilómetro de asfalto, lo que le supuso cuatro meses de baja por depresión en el trabajo y, presa de una preocupación quizá exagerada, dedicar doscientos cincuenta viajes a llevar su colección de doscientas cincuenta figuritas de Lladró, de una en una bien envueltas y pegaditas a su pecho cual si fueran bebés.

Para evitar dramas de este calibre Rogelio Landáburu, piloto de helicópteros durante su paso por el Ejército y coleccionista de Warhammer Chorrocientosmil ha fundado la empresa Frikisport, con dieciséis certificaciones de calidad para cualquier cosa que tenga las etiquetas "Frágil" o "Con cuidado" y que ha incorporado a su cartera de clientes a joyerías y tiendas Swarovsky y ha trasladado miembros para ser trasplantados. Como Rogelio dice, si se le han confiado corazones, bien se le pueden confiar dioramas.