Alejandro Corbacho indignado ante la atónita mirada del librero Esmeralda

La productora Sigamesh TeVé, la nueva apuesta empresarial del conocido librero y editor Alejandro Corbacho, tras firmar un acuerdo con el grupo de medios de comunicación A Tres y Media, debuta esta noche en el canal Mega, justo después del mítico programa Forjado a fuego, y repite mañana en horario nocturno, a eso de las tres y media, con su programa Apadrina una librería. Será el mismo librero el que presente el programa y recorra librerías especializadas de España en una labor de coaching, para ayudarlas en su lucha contra el opresivo poder de Amazon, las grandes cadenas del retail y las otras formas de ocio que compiten por el tiempo (y el dinero) del cliente.

"Desde que levanta la persiana por las mañanas el librero, que ya las ha pasado canutas con la pandemia, tiene que aguantar que le suban la luz, la tasa de basuras, la contribución urbana, que los trabajadores se le vayan a una gran cadena para volver luego con el rabo entre las piernas porque no aguantan a tanto hijo de puta con vistas a la calle como hay ocupando puestos intermedios. Añádele el trato con los clientes, algunos de los cuales se piensan que por los veinte o treinta euros que hacen de gasto tienen derecho a recibir una atención que no reciben en sus casas y, por supuesto, la de los verdaderos malos de la película, que son las grandes editoriales con sus exigencias en cuanto a tamaño y condiciones de los pedidos, por no hablar de las distribuidoras y sus entregas siempre con retraso. Sí, ese sufrido librero se merece que comparta con él algunas perlas de mi sabiduría"

A lo largo de los capítulos se ve cómo Corbacho se presenta en las librerías comprobando la atención que se da a los clientes siguiendo la técnica del "cliente misterioso". Disfrazado con bigotes, narices postizas y hasta con un disfraz completo de mejicano o de lagarterana, va poniendo a prueba a mucho dependiente antipático que responde mal a la clientela o se escaquea para fumar o a mirar el móvil y que en algunos casos hasta llega a meter la mano en la caja. El caso más espectacular es el de un dependiente cuya forma de ser es plenamente enmarcable en lo que se conoce como "malafollá granaína", que estalla ante el cliente que por enésima vez en una mañana pregunta que si ha llegado la edición de "Purk, el hombre de piedra" y ante la señora despistada que viene a la librería a ver si le hacen fotocopias del libro de familia.

En cada capítulo se presenta un debate en el que se tratan temas como el de la responsabilidad social corporativa en el ámbito de las pymes, la librería como agente de dinamización cultural, "Dejarse absorber, ¿sí o no?" y el relevo generacional en favor de hijos a los que no les da la gana de estudiar, parientes de segundo grado sin un oficio fijo o subordinados avispados que son los que al final sacan adelante el negocio. Tras los agradecimientos, se termina con una moviola con los mejores momentos de desatención al cliente y los más hábiles movimientos de intento y posterior represión de hurto, todo ello trufado con bromas y chascarrillos a costa de los empleados del Tajo Anglosajón y el CarrePlus y sus secciones de librería.