Agente del CNI cambio de la Hispacon

El último libro del experto en servicios secretos Marcelino Villarrodona nos sorprende con "¿Espías o frikis? La relación entre los aficionados y los servicios secretos españoles", un penetrante estudio sobre el fandom español, su asociación de referencia, Portalico AEFCFT y T, las convenciones anuales en que se reúne, las Hispacones, y cómo tuvo que ver con los inicios de estas, aún en tiempos del franquismo, la Organización Contrasubversiva Nacional, adscrita a la Tercera Sección de Información del Alto Estado Mayor, uno de los antecesores del Centro Superior de Información de la Defensa (CESID), antecesor a su vez del actual Centro Nacional de Inteligencia. No es ésta la única información sorprendente pues también se refieren con todo lujo de detalles las veces que las hispacones se pudieron hacer gracias al discreto apoyo de la Unidad Militar de Emergencias del ejército que en más de una ocasión ha transportado premios Ignotus, invitados estrella y hasta papeletas de votación de los mismos Ignotus de manera totalmente sigilosa y a la total discreción y obediencia a la legislación en materia de asuntos de inteligencia por parte de los organizadores de las mismas.

La primitiva inteligencia franquista, que sentía que no tenía el menor control sobre los "elementos subversivos", pensó que qué mejor idea para tener controlados a unos cuantos de ellos con veleidades comunistas, suscritos a la revista "Nueva dimensión", que organizar una reunión más o menos anual, verles las caras y sonsacarles en las reuniones de café si además de a ver filmes subiditos de tono a Perpiñán, pensaban ir también a hacer una visita al otro lado del telón de acero y si esos ánimos revolucionarios que se gastaban en cuanto a la necesidad de renovar la fantaciencia los pensaban aplicar al Estado español, ya pendiente del "hecho biológico" (es decir, de que Franco estirara la pata) y de lo que pudiera pasar después, no en los siglos venideros, que es a lo que parecía estar la mayoría de los asistentes.

Por suerte, ya llegada la etapa democrática, esta vigilancia sobre los aficionados terminó, pero quedó cierta simpatía hacia el fandom por parte de algunos agentes, que de tanto ir a Hispacones y leer la correspondencia y oir las conversaciones telefónicas de los aficionados, acabaron también ellos interesados en el género y en saber quién se llevaba los premios Ignotus cada año. Tan es así que en más de una ocasión la Hispacon se ha salvado de la suspensión gracias a los oficios de miembros del CNI que, enterados de que algún concejal quería retirarle el apoyo a la convención y dejarla sin acceso a los espacios concedidos previamente para dar paso a alguna celebración que le interesaba más, han tenido una más que discreta conversación con él y le han hecho saber de las nefastas consecuencias que sobre su vida, su hacienda y su imagen pública tendría la suspensión de la convención. muchos asistentes a las Hispacones que año tras año reinciden habrán notado que más de una vez hablan con personas a las que nunca vuelven a ver: les habrá aburrido el programa de este año o no les habrá gustado la cena del sábado, suelen decirse. Sin embargo, esto no se debe a una decepcionante experiencia o a que hubieran perdido una apuesta y se hubieran tirado todo un fin de semana entre frikis como castigo, sino que el fin de semana de Hispacon es una de las "experiencias de aprendizaje" (y no precisamente la más deseada) por las que pasan algunos agentes de campo del CNI en formación. Inscritos en la convención para comprobar su desenvoltura en la interacción con desconocidos de determinada formación intelectual, habiendo previamente creado identidades que han hecho comentarios en foros y listas de correo y convenientemente caracterizados, estos agentes luego visitan a las personas a las que han tratado, ya con otro aspecto para ver si les reconocen. La impresión general que les queda a estos agentes novatos es que el fandomita medio, según testimonia una de ellos, es que "para lo listos que se creen, hay que ver lo fáciles de captar y manipular que son". (Para disipar algunas dudas que puedan surgir en alguno de los asistentes a pasadas Hispacones, estas interacciones entre agentes de campo y fandomitas nunca toman la forma de relaciones sexuales, así que si hay alguien que a partir de lo anteriormente mencionado supone que alguna relación carnal que tuvo durante una Hispacón se debió a que la otra persona era un agente del CNI practicando, puede estar tranquilo y quedarse con la idea de que el coito en cuestión se debe única y exclusivamente a sus méritos y no a que la otra persona le hubieran puesto como deberes acostarse con él).