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II
ESCENA I
(Rafael, Metatrón y los Caídos)
RAFAEL- Hemos visto pasar a Miguel un poco turbado en pensamientos.
SATANÁS- Y sin duda, ¿quieres saber qué le hemos hecho?
RAFAEL- ¿Y bien?
SATANÁS- ¡Por quién nos tomas!
RAFAEL- ¡Por lo que sois!
SATANÁS- DEBERÍA....
LUCIFER- ¡SATANÁS! - (A Rafael y con un tono más calmado) – ¡Nada sabemos nosotros del tema! Así que si tanto te corroe ¿Por qué no te diriges a él, y tú mismo se lo preguntas? Seguro que él mejor que nadie conocerá la respuesta, y ahora si nos disculpas...
AZRAEL- Él mismo se lo ha buscado.
SATANÁS-(A Rafael)- ¡Como tú te estas buscando otra cosa!
LUCIFER- ¡VASTA!
SATANÁS- Esta te la pasare, pero mejor será que la próxima vez no vuelvas a llamar a mi puerta, podrías hallar al perro...
METATRON- Será mejor que nos vallamos.
SATANAS- Si, será lo mejor... ¡Te felicito por tus sabias palabras!
METATRON- Gracias.
SATANAS- ¡No hay de qué!
METATRON- ¡Vamos!
(Salen Metatron y Rafael)
ESCENA II
LUCIFER- Hemos de hacernos cargo, librarse de los perjuicios no es tarea fácil.
SATANAS- Cuanto menos, podrían intentarlo.
LUCIFER- Creo aún que habremos de esperar mucho antes de vivir en tiempos en los que la gente no se la juzgue de antemano... ¡Habremos de aceptarlo, qué otro remedio cabe! Poco o mucho tiempo más o menos es lo mismo no importa, a su tiempo como todo fin o todo principio ya llegará.
Sólo cabrá estar despierto ¡Que horror supondría el no estarlo cuando pase! ¡Oh que tan sólo fuese un sueño y despertar!
SATANAS- Al menos el chico lo intentó.
LUCIFER- ¡Si! Pero no esta condicionado y es curioso... ¡Mala cosa ser curioso!
Pero pecando de ello ¿Donde nos habíamos quedado antes de que los nervios se vieran crispados?
SATANAS- Hablando sobre los falsos tópicos.
LUCIFER- ¡A si ya recuerdo, Sin duda un tema inmenso! ¿Por dónde podríamos continuarlo?
SATANAS- ¿Qué tal… por el amor?
AZRAEL- ¡Más absurda abstracción si cabe todavía! Consta más de odio que de amor.
El amor, en el caso de que realmente existiera, es algo que rápidamente se desvanece, pero como residuo de su paso el odio por las posibles afrentas cometidas, siempre perdura.
LUCIFER- ¿Cómo las manzanas de Idunia?
AZRAEL- ¡No! incluso estas están destinadas a la extinción.
LUCIFER- ¿Entonces?
AZRAEL- El odio se aferra cual sanguijuela al corazón.
LUCIFER- (Riendo) – Bastaría entonces probar con sal.
AZRAEL- ¡No…! Remedio solo hay uno de eficaz.
LUCIFER- Me intrigas, ¿de qué puede tratarse?
AZRAEL- Baste la muerte para hacerlo.
LUCIFER- Esto... pero también es cierto, que por derivación, el odio al amor conlleva.
AZRAEL- Esa regla sólo la acatan los débiles de corazón.
LUCIFER- ¡Difiero de ello!
AZRAEL- Entonces, ¿quieres tú a Dios?
LUCIFER- ¿Cómo podría? Bien sabes que le odio.
AZRAEL- ¡He ahí tú respuesta!
LUCIFER- Como siempre, ¡tú ganas...! Pero, igualmente eso no quita que el odio implique sentimientos, y de ellos, uno no se a de fiar, pues tienden demasiado a los reveses. .. No, bueno, tampoco en sí es eso. Todo sentimiento implica el pensamiento, y si se piensa en alguien es porque te importa, en el polo opuesto estaría el ignorarlo.
SATANÁS- ¿Dices entonces que solo a lo que no se conoce no se quiere?
AZRAEL- Cuando no conoces algo vives sin que te importe, más cuando lo conoces y llegas a habituare, piensas que no podrías vivir sin ello, cuando por el contrario resulta que llevas toda la vida haciéndolo.
SATANÁS- ¡Pero esta el caso del odio por venganza!
AZRAEL- ¡Igualmente! No excluye que te importe, ya que hasta que este recibe su merecido, ocupa tus pensamientos lo que se agrava si uno no es el propio artífice de su sufrimiento.
LUCIFER- Extraña forma de querer, sin duda.
Francamente, más fácil es comprender el efecto contrario que el amor derive en odio.
AZRAEL- Tampoco es tan complejo. Suele ocurrir cuando uno espera mucho más de lo que le ofrece a aquel, quien es motivo del deseo, lo que hace también más grabes sus defectos; Siendo siempre más fácil perdonar al amigo que al querido, cuando pecan por el mismo motivo.
LUCIFER- Y luego se extrañarán que el amor tienda a durar más bien poco.
AZRAEL- ¡Ironías del destino, e hipócrita la gente que suele creer en él! Simplemente, es un vano intento de disfrazar la realidad.
LUCIFER- ¿Y cuál es esa realidad?
AZRAEL- ¡El deseo! El puro y simple deseo.
SATANAS- El que al morir da paso a la costumbre.
AZRAEL- Mala cosa la costumbre.
SATANAS- ¡Cierto! Pero eso no lo pueden evitar, animales de costumbres son.
LUCIFER- Si, les cuesta cambiar los hábitos.
SATANAS- La costumbre junto a la comodidad y el temor a la vuelta a comenzar, es motivo de que no se rompan tantas parejas como debieran, incluso cuando ya no queda ni brizna de amor que les una.
AZRAEL- Solo puro egoísmo, deberías decir, celosía de la seguridad y temor a las explicaciones.
SATANAS- Es cierto, porque uno no solo se separa de la pareja, sino de todo el paquete que con ella venia.
Cuántas veces se habrá dicho… no podemos dejarlo nuestras familias ya se conocen o si le dejo, qué haré. Puro egoísmo tan solo preocupación por uno mismo.
¡Supone tanto el cambiar! Por ello produce tanto miedo.
LUCIFER- ¡Soledad! ¡Miedo a no saber rehacer la vida! A no encontrar otra pareja, temores agravados si van unidos de una mala experiencia.
AZRAEL- Ahí tenéis el ejemplo más claro, en esa insulsa criatura llena de temores, que siempre anda intentando no volver a tropezar con la misma piedra, más por mucho que lo intenta nada puede hacer por evitar lo inevitable.
¡Desgraciada es la vida! Bueno, no la vida, sino quien la posee, no cabe duda de ello yo; como su contrapartida bien hago oponerme a ella.
LUCIFER- Por otro lado, el auténtico amor solo es el que se procesa uno a si mismo. ¿Cómo querer más a otro? No acierto a concebirlo. Siendo una criatura egoísta dar su vida por otra persona le supone perder la vida y la persona. ¡Claro, que podría no apreciar su vida!
AZRAEL- Solo el narcisista se siente a gusto con su vida.
LUCIFER- Los demás amores solo implican posesión. Ocurre como cuando se quiere algo, al principio se persigue con ansia, hasta que se consigue, sin importar lo que la otra parte sienta, pero una vez se consigue....
SATANAS- No existe nadie que se conforme con lo que tiene.
LUCIFER- Dicho de otra forma, poseer es perder el deseo
SATANÁS- ¡Nadie da importancia a lo que ya se tiene!
LUCIFER- ¡Cuanto más se tiene, más se quiere!
AZRAEL- Y, sin embargo, basta la sola idea de perderlo para recobrar el interés, ver brotar los celos y el deseo.
SATANAS- A nadie le gusta que le toquen aquello que considera como suyo, y aun más si trabajo le ha costado conseguirlo.
LUCIFER- La posesión también tiene sus etapas, al principio existe un gran deseo. ¡Ni que decir del ansia que produce el pensar en estrenarlo! Más luego, poco a poco lo relegamos al olvido.
SATANÁS- En cambio el narcisista vive solo y por siempre pendiente de si mismo.
AZRAEL- ¡Acaso no lo hacemos todos!
SATANÁS- ¡No! Él como buen ególatra solo tiene cabida para si en su pensamiento, lo que es para él motivo de orgullo mientras los demás por lo general, nos preocupamos por más cosas.
LUCIFER- El narcisista se vanagloria de ello, haciendo escarnios de lo que a su persona no atañe.
Era así como pasaba los días Dios, absorto en si mismo ¡Feliz en su ignorancia! Creyéndose lo más excelso. ¡Prepotente como él solo! ¡Pecando de soberbia! Restregándonos por el rostro su convicción de ser un ser perfecto.
SATANAS- ¡Siendo, sin embargo, él tan deforme y contrahecho.
LUCIFER- ¡Humillándonos! ¡Degradándonos! Pues, ¡cuánto más lo hacia, más excelso se sentía.
AZRAEL- Cruel, pero verídico, que para querer sobresalir solo una cosa baste ridiculizar a quién más cercano se halle.
LUCIFR- Tan perfecto se creía que solo anhelaba contemplarse. Con tal fin, pensó en crear su propia imagen y la creo y no conforme con ello le otorgó el don de la vida.
AZRAEL- Y así al contemplarse, diose cuenta que no era ni mucho menos tan perfecto. Para disimulo de lo cual, Dios le impuso una serie de prohibiciones, como vano intento de disimular sus carencias, que no eran otra cosa que el reflejo de las suyas propias, y eso era lo que no podía permitir que se descubriera.
Más no pudo conseguirlo, este ser como buena copia de él se salto´ las prohibiciones, ya que igual que su creador, se creía perfecto y más perfecto creyó que se sentiría si podía superar a su creador. Pero por el contrario solo logró un rotundo fracaso demostrando lo grave de su equivocación, y lo que era peor, reiterándole así a Dios que no era perfecto, lo que hirió aún más su ego. Cosa que, iracundo ya no pudo seguir tolerando. Arrojó por ello a su criatura a las lagunas del olvido. Basándose para ello a ciencia cierta, que sin nadie que nos recuerde los fallos… éstos se olvidan.
LUCIFER- De ese modo recuperó momentáneamente su confianza, pues no tardo´ en posar su vista en mí... en mí, a quien como a todos había ridiculizado. Cuando antes de crear su criatura, bello tal cual Adonis se sentía, empero cuando se supo feo y deforme, gran choque le supuso el saber que a mi belleza no igualaba, poseído entonces fue por la envidia al ver en mí algo superior a él, por lo que movido por otro arranque de furia me lanzo junto a su criatura, librándose así de mí, que era para si como una sombra que empañaba su figura, al haberle vuelto a despertar el complejo de no ser perfecto. ¡He aquí el segundo de sus fallos!
SATANÁS- ¡En efecto, perder es anhelar!
LUCIFER- Aunque paso´ tiempo hasta que lo hubo comprendido, al darse cuenta de ello ya me había perdido dejando en cambio el deseo por siempre encendido.
AZRAEL- ¡Cruel destino para el narcisista, querer a alguien más que a si mismo! Agudo dolor que bajo la forma de brecha abierta corroe el corazón en castigo por tal autotraición. Por lo que se odia a lo anhelado, agravándose aún más si por parte del contrario hay rechazo.
LUCIFER- El temor al rechazo normalmente nos lleva a ridiculizar a quien por el contrario su atención queremos conquistar. Más nada se puede hacer por variar las rutas que toman las sendas del querer.
AZRAEL- Incluso, hay quien rechaza la creencia del amor simplemente, porque implica ser dependientes de otro, y fardamos demasiado de ser autosuficientes.
SATANAS- Otro de tales intrincados caminos es el del deseo que crece en la lejanía. Por una parte este otorga el poder querer libremente, sin temor a que llegué a consumarse y vernos reducidos a meros esclavos, en pos del ser querido.
Además de ser un amor que no tiende a la frustración al menos que esta se de por no alcanzar el objetivo.
No hay nada más, pese a ello, en éste que surja mal.
AZRAEL- Es una de las infinitas formas de amor platónico, el amor a seres imposibles el amor por el amor o por el amor, dice ser el autentico amor, aquél por el que se ofrece sin esperar nada a cambio, ¡el gran no interesado, el gran único virginal y puro, al que solo se accede gracias a las alas que nos otorga el pensamiento!
Gran consuelo supone ¡Sobretodo para aquellos cuyos ubérrimos pensamientos son sus únicas salidas! Los comúnmente tachados de locos, y ridiculizados por ello. Cuando en realidad, el ser tomado por un loco debería ser un gran orgullo! Por ser él, el portador del cetro negro! Aunque no le de importancia a tal motivo.
LUCIFER- Es como decir desde otro punto de vista que son gigantes esclavizados por un mundo de enanos. A los que por contra le bastaría un simple devaneo de sus manos para destruirlos.
SATANAS- Sabido es, que el secreto de los genios es hacerse pasar por locos.
LUCIFER- ¿Si! Sin duda no hay otra mejor estratagema, te libra de sospechas mientras esperas pacientemente el momento propicio para actuar.
AZRAEL- La gente teme al conocimiento del loco, es lógico temer a lo que se sabe superior pero no se entiende, pro lo que se hace escarnios sobre ello o se niega, siempre tendemos a ridiculizar como medio para sentirnos más perfectos. Lo que funciona gracias a que es lo normal por ser mayor en numero lo que gobierna, por lo que las grandes mentes no gustan, nos hacen sentirnos inferiores, ellas poseen un saber que los demás no compartimos por lo que no podemos entenderlos, así que los llamamos locos.
LUCIFER- La única manera de tenerles menos miedo es considerándolos inferiores.
Y ahora vallamos a la gran sala principal donde podremos hallar a todos, por fin desde hace tanto tiempo.
(Salen)
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